Sin sogas en el cuello y sin lágrimas que no sean de amor, paso a paso, abrimos caminos, sendas hacia la vera de la espiral de la eternidad. Viajamos fuera de nosotros mismos portando la velocidad de lo espontáneo. No existen límites para lo real y exento de malicias. Solo son miradas cómplices, pellizcos de afecto, abrazos sentidos, carcajadas libres y comportamientos naturales. Que grandiosa es la naturalidad que muestras en tu mirada, en tus gestos sosegados, en tu manera de sentarte y en la forma en la que me tocas.
Hoy aquí o mañana en el más lejano allá, podrás reconocer en mi una mirada de apego y devoción, pues tu presencia provoca mi existencia y un abrazo tuyo nos hará ser mucho más que dos. Soy parcial al decir que me calaste, que he profundizado en un corazón, que la vida me sonríe, por lo menor en cuestión de pasión.
Palabras y hechos se encontrarán por una vez, sin sogas en el cuello, mirándonos dos a dos, cogidos de la mano y empapándonos de sudor. Sufre el almanaque la premura de un buen amor, de dos desnudos por una calle de un barrio llamado candor.
Bajo el fragor de las inclementes tempestades, de un futuro descorazonador, la vida te ofrece una oportunidad y esa se llama amor.Pues sufre más el que no ama y se ancla en la cotidianidad de escapar de lo sincero, por no saberlo afrontar. Y existe quien se pregunta y el alma dónde residirá, yo lo tengo claro, la mía vive en ti y lo creo de verdad.
Hoy aquí o mañana en el más lejano allá, podrás reconocer en mi una mirada de apego y devoción, pues tu presencia provoca mi existencia y un abrazo tuyo nos hará ser mucho más que dos. Soy parcial al decir que me calaste, que he profundizado en un corazón, que la vida me sonríe, por lo menor en cuestión de pasión.
Palabras y hechos se encontrarán por una vez, sin sogas en el cuello, mirándonos dos a dos, cogidos de la mano y empapándonos de sudor. Sufre el almanaque la premura de un buen amor, de dos desnudos por una calle de un barrio llamado candor.
Bajo el fragor de las inclementes tempestades, de un futuro descorazonador, la vida te ofrece una oportunidad y esa se llama amor.Pues sufre más el que no ama y se ancla en la cotidianidad de escapar de lo sincero, por no saberlo afrontar. Y existe quien se pregunta y el alma dónde residirá, yo lo tengo claro, la mía vive en ti y lo creo de verdad.